martes, 19 de mayo de 2009

La excusa

Una vez más mi suegra me estaba arruinando la vida.

Ir a la fiesta de despedida de Jared en ese momento era más que divertirme con mi amiga y tomar algo.
Era la rebeldía, era sentirme libre, sentir que todavía podía ser yo mas allá de mi novio, mi familia , la facultad o cualquier cosa rutinaria a la que se limitaban mis días.

No servía de nada ponerme a pelear con Sebastián y discutir si iba a ir o no, tenía que hacer como que aceptaba ir el jueves a su casa e inventar alguna excusa creíble para no poder ir.
Nunca mentía, siempre hacía todo lo que Sebastián quería por lo que no iba a ser difícil convencerlo a él a su madre y a quien fuera de que había algo importantísimo que me impedía concurrir a su casa.
La excusa tenía que parecer real desde todos los ángulos y debía mentirle también a mi familia para que no se les escapara la travesura.

Caro vivía sola porque es de Rosario y los padres le alquilaban un depto en Buenos Aires lo cual allanaba un poco el camino ya que no había que mentirle a nadie más.

Convenimos que yo iba a ir al cumpleaños de mi suegra temprano y tipo diez de la noche ella me iba a llamar como que estaba en la comisaría haciendo una denuncia porque le habían robado y que necesitaba que estuviera con ella porque estaba mal. Sabiendo como era Sebas ni loco iba a dejar a la madre en su cumpleaños y tampoco podía pretender que dejara sola a mi mejor amiga en esa situación por lo que el cuento cerraba por todos lados.

El jueves iba a ser libre como hace mucho tiempo que no lo era.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmm...
calculadora y fira..???

te voy conociendo Lu...