Fiesta

Llegamos al bar.
Era una hermosa noche, a pesar de ser otoño no hacía nada de frío.
Entramos y nos dijeron que la gente de la despedida estaba en la terraza.
El lugar estaba buenisimo. Había bastante gente y varios parecían ser extranjeros.
La música sonaba suave todavía y las luces eran tenues. A pesar de haber una atmósfera bastante tranquila estaban todos muy divertidos charlando en grupos y riéndose, el alcohol estaba empezando a hacer efecto. Nos ofrecieron unos tragos y nos pusimos a charlar con unos chicos de Inglaterra. Mientras hablábamos sentí una mano en le hombro.
Era Pablo, me di vuelta y lo vi sonriendome.
Hasta ese momento no había reparado en lo lindo que era.Habíamos estado hablando mucho cuando lo conocí ese día en el barcito del río pero no me había dado cuenta que a parte de simpático era muy muy lindo.

Nos preguntó si la estábamos pasando bien, que pidiéramos lo que quisieramos. Nos contó que la fiesta la había armado él con Jared y que quería que saliera buenisima para que se llevara una buena impresión de Buenos Aires. También nos dijo que su novia no había podido venir porque estaba en Mar del Plata con unas amigas haciéndole la despedida de soltera a una chica que se casaba.

Tengo que decir que me alegré que no estuviera. Me encantó la idea de poder charlar y estar con él sin una mina que me estuviera clavando la mirada.

Las mujeres siempre me ponen mala cara cuando hablo con sus parejas, siempre sienten celos.

Desde ese momento no pude sacarle la vista de encima. Mis ojos lo seguían por toda la fiesta. Él iba charlando con todos, se reía hacía chistes y brillaba. Hay gente que en la multitud brilla y así es Pablo.

En un momento la música empezó a cambiar y a subir de volumen.Había mucho clima de fiesta y descontrol. El alcohol y las pastillas también comenzaron a circular con mas ánimo. Yo nunca fui adepta al consumo de drogas, pero no juzgaba, cada uno hace con su vida lo que quiere. Empezamos a probar distintos tragos que nos traían, muy ricos y originales. Tragos que podían llevar perejil, almíbar, chocolate blanco, cualquier cosa y los probé todos.
No necesito explicar que a las dos horas estaba totalmente borracha, yo, Caro y Juli. Las tres completamente ebrias.

Tengo recuerdos un poco difusos pero sí tengo la imagen de muchas personas bailando y saltando sin parar desenfrenadamente.Fue muy divertido.Hacía mucho que no me sentía así.
El problema se planteó cuando la fiesta terminó y debía manejar.
Imposible.