Sensaciones

Agustín se empezó a reír

-Ahhh, viste! es rápido mi amigo Pablito, dale Lu dale bola y te llevas una joyita!-

Yo me había quedado muda, mi mente en blanco, empecé a pensar freneticamente algo inteligente para decir pero no me salía ni mu.

Entonces Pablo dijo:

-Bueno, basta, si nos escucha Mechi me mata, pidamos rápido el café que me tengo que ir que tengo una reunión-

-Que pollerudo que sos! Dejá Lu, no le des bola a este pollerudo, a parte, yo también le tengo miedo a Mechi, es capaz de aparecerse acá electrificada como siempre porque presintió que el novio no quería casarse con ella-

Yo solamente sonreí, estaba hecha una boluda, deben haber pensado que era tonta, no podía tirar ni un comentario ingenioso.

Terminamos de almorzar y nos fuimos cada uno por su lado.
Pablo me saludo y me dijo:

-Bueno Lu, espero que te trate bien este loco, sino cualquier cosa me llamas que vengo y le pego un par de chachetazos.

-No te preocupes, cualquier cosa te llamo y gracias otra vez, parece mentira que de una semana a otra ya tengo trabajo...gracias-

-No hay de que, te lo mereces y en serio llamame así me contás como te va, si?-

-Dale.-

Me dio un beso y se fue.

Fui hasta el auto y marché para mi casa, tenía muchas cosas en que pensar, muchas cosas que organizar, en una semana empezaba el nuevo trabajo.

Traté de entender que que había sido todo ese dialogo entre Agustín y Pablo, obviamente Agustín lo estaba jodiendo al amigo y yo había caído en la volteada pero una cosa que me hacía ruido era como Agustín y Pablo hablaban de Mechi.
Agustín hablaba de ella como si fuera una histérica y Pablo no la defendía, no se mostraba como un hombre enamoradísimo que no paraba de hablar de la novia.
Tampoco entendí por que yo había reaccionado así, tan tontamente, sin decir nada, estaba avergonzada de mi misma, debían haber pensado que era una estúpida pero lo que me había dicho Pablo había generado en mi miles de sensaciones que no podía descifrar. Me gustó, me chocó, me halagó, me asustó, todo junto.

Decidí no darle mas vueltas, no pensar mas porque iba a sacar conclusiones erróneas.
Mentalmente me hice una lista de las cosas que tenía que arreglar antes de empezar con mi nuevo trabajo, contarle a mi papá, ver como arreglaba el tema de las materias en la facu ya que no iba a poder seguir cursando a la mañana, comprarme ropa y por último contarle a Sebastian.