Me di cuenta

-Vamos a mi cuarto- Me dijo Sebas tomándome de la mano y llevándome para arriba.
-No Sebas, no podemos, se van a dar cuenta-
-Quien se va a dar cuenta? Dale Lu, hace mucho que no estamos juntos!-
-Bueno dale, pero rapidito, no sea que nos encuentren.

Fuimos a su dormitorio.Nos recostamos en su pulcra cama y sin mas preámbulos comenzamos a besarnos.

Hacía tiempo que nuestras relaciones sexuales consistían en "rapiditos" por falta de tiempo, por falta de lugar, y las mujeres mas que nadie comprenderán que rapidito no está bueno.

Fingí una vez más, ya me estaba convirtiendo en una experta en interpretación libre de gemidos.
Me hubiera encantado poder llegar al climax, creer que Sebas era fabuloso que ningún hombre podría generarme tal excitación, olvidarme de cualquiera que hubiera conocido.

Olvidarme de Pablo.

Mi cuerpo estaba ahí pero mis pensamientos estaban en otra parte.
Mientras Sebas me besaba desaforadamente, yo no hacía mas que pensar en cualquier cosa menos en sentirlo a él, a sus besos, a sus caricias.

No se que pasaba, si era yo, si era él que había perdido esa paciencia y esa delicadeza para hacerme vibrar.

Comencé a pensar que ya no tenía ganas de estar como estaba, en esa constante rutina y sucesión de días para llegar....a donde?
Las reflexiones filosóficas en medio de un acto sexual no son muy excitantes
Lo importante era el momento y yo ya no lo estaba disfrutando.

Creo que ese momento fue un punto de inflexión en nuestra relación. No venía sintiéndome bien, estaba aburrida, desganada y ahí me di cuenta que ya no tenía fuerzas para seguir así, necesitaba un cambio. No sabía que, pero tenia que cambiar, salir, respirar.

Él terminó, nos vestimos y bajamos a la fiesta. Él con una sonrisa y yo con una profunda tristeza por la certidumbre que algo se había roto.