Mi primer día

Estaba nerviosa.

Era la primera vez que iba a trabajar con gente que no conocía.

Me subí a mi auto, puse la radio y traté de pensar en otra cosa. Tenía que salir todo bien, estaba haciendo algo que yo quería.
Me encontré con Agustín y me llevo a conocer el estudio y a la gente.
Me presentó a Laura, que ahora es una gran amiga, pero en ese momento iba a ser mi jefa. También conocí a Samanta y a Romina, dos chicas del área administrativa con las que lamentablemente no pude encarar una amistad ya que como después voy a contar, resultaron dos arpías.

El primer día no hice mucho, estuve la mayor parte del tiempo con Laura que me fue poniendo en tema. Traté de concentrarme pero era tanta la información nueva para recordar que quedé bastante mareada y por supuesto había otro tema que ocupaba mi mente.

Pablo.

No quería pensar mucho para no ponerme nerviosa, pero no podía evitarlo.
En realidad no se para que nos íbamos a juntar a tomar un café, no me acordaba que hubiera una excusa valedera.Él me había dicho que quería saber como me había ido, pero eso bien se lo podía contar por teléfono o por mail.
Estaba empezando a dudar.
Lo tenía que llamar?
Debería esperar que me llame él para ver que onda?
Pasaba el tiempo y cada vez estaba menos convencida de lo que iba a hacer. Era obvio que mis intenciones no eran inocentes.

Definitivamente estaba mal. Solamente lo iba a llamar por una cuestión de cortesía, para contarle como me había ido pero no iba a aceptar el café.
A las cinco de la tarde saludé a todos y me fui.

Me paré en la esquina, temblaba de los nervios, no sabía que hacer. Me tenía que comportar como una persona adulta. Llamarlo no le hacía mal a nadie. Tenía que decir "Hola" , contarle, darle las gracias y listo.
Marqué el número.
Sonó
Sonó
Sonó.
Contestador.
No me atendió.

Me decepcioné, al fin tanto lío y él no me contestaba el teléfono.
Me convencí que era una tonta que se estaba haciendo ilusiones por ideas solamente mías.
Él había tenido un buen gesto con sus palabras de interés sobre mi trabajo, pero era solamente eso, un gesto.

Llamé a Caro para contarle y decidí cortarla con el tema de Pablo, que no me contestara había sido una señal. No tenía que ser.
Y Sebas, era otra historia, tenía que hablar definitivamente con él y terminar.
Desde hoy comenzaba mi nueva vida.
El día 0

"No intenten enseñarme quien me quiso y a quien debo amar...."