Invasión de burbuja

La música justa.
El lugar justo.
El hombre justo.

No podía imaginarme en una situación mejor.

Por una foto que tenía sobre un estante en donde se lo veía en la nieve, nos pusimos a hablar de viajes pero lo que yo podía pensar en ese momento era lo raro que me resultaba que no tuviera ninguna foto de él con la novia.

Terminamos de comer los quesitos y lo ayudé a poner la mesa para comer la pizza. Estaba un poco incómoda en el sillón por lo que me resultó un alivio pasar a la mesa, pero no porque no me resultara confortable sino porque estábamos muy cerca y no podía concentrarme en la conversación. Su perfume era intoxicante y no iba durar mucho ahí sentada sin clavarle los colmillos en el cuello. Así como les digo, no podía más, estaba desatada como un vampiro que tiene que autocontrolarse para no morder a su presa.

La pizza estaba riquísima, no podía este hombre por lo menos hacer "algo" mal?

Él no parecía ni desconcentrado, ni sobrepasado por la situación, se comportaba como si mi presencia ahí fuera lo mas natural del mundo.

En un momento escuché mi celular a lo lejos. Mi cartera estaba colgada en el placar de recepción por lo que casi no se oía sonar.No le dí importancia, pero después de un rato, ante la insistencia lo fuí a buscar para atender.
Cuando lo miré tenía tres llamados de Sebastián y dos de Carolina.Habría pasado algo? Opté por llamarla a Caro y ver que estaba pasando.

-Hola, Caro, me llamaste?-
-Lu!!! donde estás?-
-Ahora no puedo hablar mucho Caro, te llamé a la tarde pero no me contestabas-
-Si, debía estar durmiendo...pero donde andás? me llamó Sebastián que no te puede encontrar y no sé que quiere-
-Después te cuento bien Caro,porque ahora no puedo, pero si llama Sebastián decile que me encontraste y que estoy con las chicas de la facu-
-Ok, pero contestame si o no....estás con Pablo?-
-Si...-
-Ay Lucila!!! en que quilombo te estás metiendo!!! llamame por favor cuando llegues a tu casa, sea la hora que sea!-
-Ok, te llamo, beso!-

Sebastián, Sebastián y Sebastián!, siempre él!, cuando yo quería hablarle no podía, pero cuando él me tenía que decir algo me buscaba por cielo y tierra hasta encontrarme.
No le iba a dar el gusto, ya había tenido su oportunidad, ahora se iba a tener que poner en la cola.

-Pasa algo?- Me dijo Pablo cuando volví a la mesa

Yo no debía tener la mejor cara. Sebastián se había colado en mi burbuja ideal de ensueño donde Pablo era mio y yo no estaba de novia. No iba a poder remontar la noche sabiendo que tenía un sabueso rastreandome por Buenos Aires y peor que peor, ese sabueso era mi novio.

-No, nada importante...-
-Pero te cambió la cara...-

Ya no estaba cómoda, Pablo se había vuelto a convertir en "el hombre que me gusta pero esta a punto de casarse" y yo había vuelto a ser "Lucila, la novia de Sebastián". Mi mundo imaginario había sido destrozado y caía en la cruda realidad. Pablo no era mío, y no sabía por qué estaba en su casa, comiendo sola con él.
No quise seguir mintiéndome a mi misma y puse las cartas sobre la mesa.

-Pablo...por qué estoy acá?-