Despertar de golpe

El tiempo se detuvo.

Solo podía sentir el contraste entre mis labios fríos y los suyos.

Ardían.

No puedo recordar que día era con exactitud, ni que tenía puesto él, ni que cartera había llevado para la ocasión pero puedo revivir vividamente la sensación del calor de su cuerpo, de su mano en mi pelo, de la revolución de mariposas en mi panza ,de mi respiración, de la suya y de la urgencia de su beso.

En ese momento no me importó nada, no existía nada, no había nada más allá de nosotros.


Realizar el deseo de un beso que se postergaba, expectante, generó una explosión en mis sentidos.


Solo sentía, no podía pensar, no deseaba pensar.


¿Vieron cuando besan a alguien con pasión y no se sacian, necesitan seguir y seguir, es como cuando soñas que tenés sed y en el sueño bebes un vaso de agua pero seguís teniendo sed?

El ruido del portón que se abría nos hizo despertar de golpe.Volví a caer en la realidad. Estaba en el edificio de Pablo y cualquiera nos podía ver.

-Vamos para arriba- Me dijo tomándome de la mano.

En ese momento tuve como una revelación. Pude verme sufriendo en mi casa sabiendo que él estaba con ella, pude ver el arroz calléndoseles encima mientras se besaban en el casamiento por civil, pude imaginar su luna de miel en una playa paradisíaca.

Pablo no me había prometido nada, no había contestado cuando entre sollozos le pedí que no me lastimara, que me eligiera.

-No puedo Pablo...así no...-
-Lu, hablemos arriba, no podemos estar acá-
-No Pablo, dejame ahora no puedo- dije mientras soltaba su mano de la mía
-Por favor, no me hagas esto...no podemos dejarlo así-
-Pablo somos grandes...sabemos que esto no puede terminar bien, vamos a hacer sufrir a mucha gente, entre ellos yo...dejame ir por favor...estoy muy confundida...-

Estaba asustada, estábamos a punto de hacer algo que nos podría llevar a arrepentirnos por siempre y lo que menos quería era sentir el peso de la culpa por la cancelación del casamiento de una pobre chica. No se lo merecía, no tenía ningún derecho a hacerle eso.

El vecino nos miraba mientras caminaba a cerrar el portón. Yo realmente no quería estar mas ahí, ya no estaba segura de haber hecho bien.

-Pero Lu...por favor- me suplicó derrotado

Trató de detenerme pero me subí el auto y arranqué.

Todo lo que había pasado se me repetía en la cabeza como una película.Me sentía mal.
Aunque saber que Pablo sentía lo mismo que yo por él llenaba mi alma, la opresión que sentía por engañar a Sebastián y la conciencia de que Pablo nunca iba a ser mío me aplastaba entera.

Paré junto a un cordón y lloré mares, no sé de donde salían tantas lágrimas. La angustia me oprimía el pecho. Por qué la vida me había puesto en semejante situación?
Yo no era lo que podía decirse la felicidad caminante junto a Sebastián, pero tenía una vida tranquila, con pequeños placeres.
Y ahora? Todo estaba patas para arriba.Ya no podía volver al día donde enojada con Sebas porque una vez mas no me había acompañado conocí a Pablo en aquel café, no podía volver al día anterior a ir a aquella fiesta de despedida y quedarme en el cumple de mi suegra.
Nunca podría volver a amar a Sebastián como amaba a Pablo.
Busqué mi celular en la cartera y la llamé.

-Lu!, donde estas?!-
-Ay Caro!!! me quiero matar!!!!-
-Que pasa!!!-
-Puedo ir para tu casa?-
-Si dale, venite!-
-Ok, ahí voy...-

Y me fuí para lo de Caro.