martes, 30 de marzo de 2010

Lágrimas

El sábado a las 19.00 de la tarde me subí a mi auto y partí a la iglesia. Diego quería ir a buscarme pero preferí que se quedara disfrutando de tan lindo momento junto con su familia.


Opté por el vestido negro, el otro era mas osado y no quería resaltar demasiado, sabía que quien quería que me mirara me iba a mirar igual.


Llegué temprano, todavía se estaba casando otra pareja.

Unos minutos antes de entrar llegó Diego casi corriendo. Se lo veía feliz pero nervioso, miraba todo el tiempo para todas partes buscando algo o mejor dicho a alguien.

La verdad lo entiendo, me ha pasado muchas veces.


La ceremonia estuvo hermosa, hasta derramé unas lágrimas cuando el cura dijo unas palabras hermosas acerca del amor. Nunca fuí una desesperada por el casamiento, nunca fue algo que me quitara el sueño pero me emociona ver una pareja que se ama y comparte su unión junto a la gente que quiere.


Ya para la recepción Diego había ubicado al objeto de sus tristezas y no tuvo que señalarme quien era porque ella sola se acercó a nosotros a saludar.

A primera impresión me pareció una chica linda pero nada espectacular y su marido no tenía muy buena cara, parecía no estar pasándola muy bien, lo que sí me sorprendió fué su personalidad totalmente deshinibida y expresiva. Es de esas personas que habla fuerte, habla hasta con las piedras y no pasa desapercibida ya que tiene una risa estridente. Nunca creí que la mujer que había llevado a Diego a semejante tristeza era así. Que se yo, eran ideas mías, pero dicen que los opuestos se atraen.

Obviamente cruzamos las tipicas miradas de arriba hacia abajo tan de mujer.


Nos salvó la campana porque abrieron las puertas para pasar a las mesas. La madre de Diego que sabe por supuesto toda la historia vino en un momento a preguntarme como estaba su hijo y la dejé tranquila diciendole que "perfecto", no vamos a preocupar a la madre de la novia, pero la verdad es que él no sacaba la vista de su ex.


-Como estás Di?
-Bien bien...- me decía con una sonrisa forzada saliendo de sus cabilaciones.


Los novios entraron y los pasos obvios de fiesta de casamiento se fueron dando. El vals, los saludos, la comida, el baile, mas comida, mas baile y como un cliché de novio despechado Diego empezó a tomar de más.

Traté de distraerlo lo más posible pero no pude. Pasó varios estados, nerviosismo, embobamiento, exitación, desenfreno y en uno de esos bailes con la corbata en la cabeza y levantamientos por el aire al novio lo perdí.


No me había dado cuenta que no estaba hasta que volvimos a la mesa para el postre.

Para ponerle un condimento más a la noche recibí un mensaje de Pablo que decía:


"Estoy pensando en vos, no quiero jugar más, cuando vuelvo nos vemos"


Cerré mi celular y lo apagué al instante, no era momento para ponerme a pensar en Pablo, pero la verdad me movilizó, está bajando la guardia y no sé si voy a poder darle batalla a eso.


Diego no aparecía y lo fuí a buscar. El lugar era enorme, con unos jardines gigantes con árboles, pasto y velas. Un sueño.

Lo vi en una terraza apoyado en una baranda tipo de palacio francés, miraba hacía el jardín. La corbata estaba tirada en el piso a su lado y tenía una copa en la mano. Cuando me acerqué me dí cuenta que lloraba. Las lágrimas brotaban como un manantial.


Ver llorar a un hombre me estruja el corazón, me mata y más si es por amor.

No pude más que abrazarlo y él lloró más.


-Por qué Lu? por qué me pasa ésto?...- me decía

-Bueno Di...ya va a pasar, vas a ver...-

-No quiero estar así por esa hija de puta!- dijo con las palabras empastadas por el alcohol

-Mirame- le dije agarrandole la cabeza para que me mire- dejala ir, ya lo hablamos mil veces, lo que tenías con ella era una ilusión tuya, no es mujer para vos

-No quiero que me vean así- dijo secandose las lágrimas con la manga de la camisa

-Bueno, andá al baño y lavate la cara, con la luz baja no se va a notar

-No, no quiero estar más acá- dijo como un nene caprichoso

-Pero Diego! es el casamiento de tu hermana!

-Por favor Lu, sacame de acá...


Lo pensé unos segundos y decidí sacarlo de la fiesta. No estaba bien y no quería que su familia se preocupara. Fuí hasta el salón a buscar mi cartera y le dije al padre que nos ibamos porque Diego había tomado mucho alcohol y que no quería que hiciera un papelón. El padre más rápido que nosotros dos juntos me dijo:


-Es por la mina esa no?


Y yo asentí nada más.


-Ok, no te preocupes, yo cualquier cosa invento algo


Cuando iba en el auto Diego se durmió. Pensé llevarlo a la casa pero no encontré las llaves por lo que opté por llevarlo a la mía.

Estaba dormido cuando llegamos pero no puso ningún pero cuando lo hice bajar y entrar. Se bañó y nos acostamos juntos.


No pasó nada.
Antes de dormirse me dijo:


-Gracias por quedarte conmigo...


Y yo le dije:


-De nada, dale, dormí...- y a los minutos pude escuchar su respiración profunda.


Yo me quedé despierta un rato más y no pude evitar levantarme y prender el celular. El mensaje de Pablo había sido real. Creo que no voy a poder seguir negandome a mi misma lo que siento por él y me voy a arriesgar.


No quiero terminar como Diego, sino ser feliz como su hermana

viernes, 26 de marzo de 2010

Semana a medias

Semana complicada.

Estuve desde el martes con dolor de cabeza y revoltijo de estómago. No le voy a buscar la parte psicológica a ésto, mejor aceptemos que hay cosas que no debería haber ingerido

El lunes a la noche nos juntamos con unos amigos a festejar el cumple de uno de ellos y con mi sana idea de olvidar y disfrutar terminé el martes a la mañana arrastrándome hasta el teléfono para avisar en el trabajo que no iba. Mala combinación para un lunes,sushi, cerveza y tequila.
No soy de tomar pero era una fiesta, che!

El feriado me la pasé tirada en la cama tratando de reaccionar y recién ayer pude volver a hilar dos pensamientos juntos.

No hablé todavía con Pablo, bah, en realidad lo llamé el viernes pasado y me dijo que se iba dos semanas a Córdoba por trabajo.

"Ok" le dije como si mucho no me interesara, pero un poco me dió bronca porque después de tomar fuerzas y pensarlo y pensarlo él me volvía a trabar las cosas.
Lo escuché bien, buena onda, nada creído ni soberbio como el mensajito de texto me hizo pensar pero, igualmente, la que estaba cediendo con el llamado era yo.

No quiero hacerme mas problema del que debo y voy a tratar de no pensar mas de lo necesario. Las cosas tienen que fluir para bien o para mal.

En otro orden de cosas el sábado es al fin el casamiento de la hermana de Diego. Acepté ir porque con Diego las cosas están bien y ambos convenimos que queremos tener una amistad y aparte porque no quiero dejarlo solo cuando vea a su ex. Sé que todavía le duele verla y más con el tipo por el que, aunque lo niegue, lo dejó.

Ester no volvió a dar señales de vida, por lo menos conmigo y a Diego ni le pregunté porque no quiero meterme. Si él en algún momento quiere tener algo con ella no quiero que piense que no estoy de acuerdo o que estoy en su contra.

Éstas son las novedades, para variar todavía no sé si ponerme un vestido negro (no igual pero parecido a éste) bien etéreo y elegante o un vestido bien corto color marfil de una tela liviana pero brillante, de éste no encuentro ninguna foto que se parezca pero para que se imaginen es como si fuera una musculosa holgada que a nivel de la cadera se le cruzan unas tiritas con brillantitos y queda como si tuviera puesto un trapo colgado, pero muy sexy! .
No sé, lo decidiré entre hoy y mañana pero quiero estar lo mejor posible para que me vea la ex de Diego y muera de celos y envidia.
Que jodidas somos las mujeres...

Veremos cómo se dan las cosas, espero que todo salga bien.

lunes, 22 de marzo de 2010

Crecer

Es raro como funciona la mente humana.

Destrozar mi celular en mil pedacitos con la rueda del auto fué como el botón de autodestruir mi pasado.

Mis "basta!", nunca fueron muy definitivos como se imaginarán, pero en ese momento creí que toda mi historia con Pablo no daba para más.

Tengo que aceptar que tomar la decisión de olvidarlo me sirvió para crecer.
Mi sueño de irme a vivir sola se hizo realidad. Dicen que si pensás en positivo las cosas ocurren y un poco así fué.

Empecé a trabajar en el estudio de un amigo de mi papá y aunque seguía en la línea de la abogacía no volví a la facultad. El laburo me servía para ganar unos mangos y poder solventar mis gastos. Por el departamento no tuve que buscar mucho. Mi tía tenía varias propiedades en alquiler y justo se le desocupaba una. No lo pensé dos veces. La llamé sin contarle a nadie y le reservé de palabra el lugar.

Costó contarlo en mi casa porque mis papás hubieran deseado que me quedara para siempre pero entendieron que tenía que volar. Necesitaba mi espacio, mis tiempos, mi silencio.

Lo de Caro con el muchacho que había conocido en el colectivo no prosperó, se vieron un par de veces mas y él nunca la volvió a llamar.

-Basta de hombres Lu!- me decía a cada rato cuando se ponía melancólica- no hay un tipo como la gente!-

Y yo la verdad que no estaba para discutirle.

Como estábamos ambas solas y sin apuro ese verano nos fuimos juntas de vacaciones como hacía mucho que no lo hacíamos. La pasamos genial y conocimos a dos chicos con los que empezamos a salir de a cuatro cuando volvimos a Buenos Aires.

Julio salía conmigo y Maxi con Caro.

Caro tenía ganas de ponerse de novia y aunque despotricara contra los hombres era una enamorada del amor pero Maxi no pensaba lo mismo. Quería joda y se lo había dejado bien en claro. La llamaba cuando necesitaba algún "service" pero desaparecía generando una desesperación terrible en mi amiga.

-Caro! sabés como es Maxi, sino querés que te siga lastimando no lo veas más!
-Pero nos llevamos re bien LU! no entiendo por qué no quiere, si nos cagamos de risa juntos, nos gustan las mismas cosas, por qué! explicame por qué!

Y yo no lo podía explicar.

Julio, por su parte no era tan tiro al aire como su amigo pero tampoco quería nada y a mi me venía bien. Salíamos de vez en cuando a ver alguna película o a comer con Caro y Maxi pero no era mas que pasar un buen rato.Nos juntábamos para no estar solos pero ambos sabíamos que nunca íbamos a ir mas allá.

Miento si digo que había olvidado a Pablo, de vez en cuando me encontraba a mi misma tildada pensando en él. Romper el celular había surtido efecto, no me había contactado y aunque tenía mi cuenta de mail no se había comunicado conmigo. A veces me imaginaba como sería si me lo encontrara en la calle junto a su mujer, pensaba que ropa tendría puesta y que él se moriría de amor cuando me viera pero las cosas rara vez suceden tal cual nos las imaginamos.

Una noche volvía a mi nueva casa con Julio. Frenó en la puerta para que yo me bajara y nos quedamos hablando unos minutos, me acuerdo que tenía un casamiento y quería convencerme de que lo acompañara para no estar solo. Negándome estaba cuando miré a la calle y vi pasar el auto de Pablo.

-Julio! seguí a ese auto!
-Eh?
-Dale dale! arrancá! seguí a ese auto!
-Estás demente?
-Por favor! después te explico pero necesito saber a donde van

Julio arrancó rápido y alcanzó casi al auto de Pablo pero no tuvo que manejar mucho más. A tres cuadras el auto entró en el estacionamiento de un edifico.

Parece que el nidito de amor de Pablo y su mujer estaba a 300m de mi nuevo hogar.

jueves, 18 de marzo de 2010

La semilla

No recuerdo muchos momentos en mi vida en donde estuviera nerviosa, pero nerviosa de nudo en el estómago y boca seca.

Escuchar el nombre de Agustín en la boca de la recepcionista y saber que tenía que verlo genero una instantánea dosis de adrenalina en mi cuerpo que me gritaba que saliera corriendo.

Me quedé dura y escuché casi como a lo lejos la voz de la chica que me dijera que caminara hasta el final del pasillo.

No quería verlo, me paralizaba la sola idea de tener que estar con él frente a frente y todavía hoy no sé por qué sentía eso. No era miedo. Agustín era una persona que quería borrar de mi vida no estaba en mis planes una conversación amistosa con ese individuo.

Caminé hasta su oficina sin pensar. No iba a rebajarme a insultarlo, iba a tratar de estar el menor tiempo posible con él, arreglar los problemas laborales y salir de ahí para siempre.

La puerta estaba cerrada y golpeé. Esuché un "adelante" y pasé.

Estaba sentado tras su notebook escribiendo, me dijo que me sentara y que en dos segundos estaba conmigo porque estaba respondiendo un mail. El portaretrato que hace un tiempo estaba ocupado con una fotografía junto a su mujer y su hijo ahora tenía una imagen de él solamente con su hijo en la nieve.

-Listo!- dijo tecleando con fuerza el enter- como estás? - me dijo mirándome y tirándose para atrás en su sillón mientras se cruzaba de brazos y me ofrecía esa falsa sonrisa que le había conocido con clientes tantas veces
-Bien- dije escuetamente, no quería charlar.
-Nada más? veo que no estás muy charlatana hoy, pero bueno, me pone contento que hayas venido, nos merecíamos una conversación
-La verdad Agustín, yo no tengo ganas de conversar con vos, si vine fue porque quiero terminar cualquier tipo de relación con esta empresa
-No te cierres Lucila, lo que pasó pasó, no vale la pena que sigas enojada...Pablo ya no está enojado con nosotros
-Me estás jodiendo no? de que me sirve lo que me decís? Yo amaba a Pablo y vos destruiste cualquier tipo de futuro que hubiera podido tener con él!- dije levantando la voz. Él me miraba ya sin la sonrisa pero tranquilo.
-Querés un café?- me dijo levantando el tubo para pedírselos a su secretaria
-NO
-Dale..."Nora, dos cafés por favor" - dijo al teléfono
-Vos me parece que no entendés bien el castellano...que querés de mi Agustín? no te parece que ya me cagaste bastante la vida? la verdad que me caías de diez, pero ahora te odio
-Epa! que palabra fuerte! me parece que te estás olvidando que no dije ninguna mentira ni a vos ni a Pablo, tendrías que asumir también un poco la culpa, no te parece?
-La culpa de qué? Sabías que él iba a reaccionar así! sabías que no iba a querer estar conmigo sabiendo lo que pasó y te cagaste en eso!
-No fué así
-No??? y como fué? porque hoy Pablo está casado con otra y yo estoy acá puteandote porque no lo tengo
-Tendrías que entender....vos me gustabas...- dijo tomando aire- me sentí herido
-Eh? no te puedo creer...
-Qué es lo que te cuesta creer? que yo estuviera interesado en vos? que haya sentido celos de que estuvieras con un hombre que estaba comprometido con otra? Te parece increíble que haya reaccionado así?- terminó diciendo en voz casi inaudible. Estaba colorado
Lo miré fijo mientras la secretaria nos servía los cafés. Cuando ella se fué seguí
-No trates de dar lástima Agustín...vos deberías haber sido actor.
-Pensá lo que quieras, pero te equivocás sobre mí...y capaz actué impulsivamente, hice sufrir a mi mejor amigo
-Ahora te da culpa?
-No, ahora no, me dió culpa desde el mismo momento que se lo dije, pero tenés que entenderme!
-La verdad Agustín que no me sirve para nada esta conversación, no quiero tener nada que ver con vos- dije mientras me levantaba sin tocar mi café
-Pablo está casado Lucila, ya está, de qué sirve que sigas enojada? al fin de cuentas te hice un favor, podrías haber estado con un tipo así? lo que le iba a hacer a ella te lo podría haber hecho a vos y por otro lado si te amaba tanto hubiera parado todo igual
-Basta Agustín, cortala! no te cansas? de que te sirve seguir metiendo el dedo en la llaga?
-Pablo es mi amigo pero eso no quiere decir que concuerde con las cosas que hace, yo por otro lado...
-No me importás vos, no me importa lo que me digas, oís?- dije mientras agarraba mi cartera y me dirigía hasta la puerta
-Esperá- me dijo tomándome del brazo- mirame- dijo dándome vuelta la cara con la otra mano y mirándome a los ojos- ahora estás caliente y lo entiendo pero ya te vas a dar cuenta que lo hice de buena leche y voy a estar acá esperando
-Dejáme Agustín, no quiero saber nada de vos, sos un sorete!- y me fuí caminando rápido y aunque no arreglé nada de lo que había ido a arreglar no me importó, quería salir de ahí lo más rápido posible.

Me dolían las palabras de Agustín, porque aunque no lo quería aceptar algunas de tan ciertas me quemaban el alma. Pablo había preponderado su enojo a su amor por mí y eso se filtraba como espinas en mis pensamientos y dudas y mas dudas acaparaban mis razonamientos. En algún momento tenía que sentarme a hablar con él, pero como había dicho su amigo, él estaba ya casado. Que buscaba? disculpas? respuestas? realmente no tenía ninguna intención al querer reunirme con él? me servía del algo volver a verlo y recordar todo lo que sentía por él?.

Aunque no lo quisiera reconocer Agustín había cumplido su cometido. Me había sembrado la semilla y el orgullo se adueñó de mi cabeza.
Estaba Pablo jugando conmigo? Había querido alguna vez realmente deshacer su compromiso y comenzar una relación juntos? Era yo una inocente ilusa que le había creído? Realmente lo amaba o era esa imposiblidad de tenerlo lo que me enceguecía de pasión? Iba a dejar que mi vida girara en torno a una persona que no podía darme más que dolor?

Una bronca creciente se apoderó de mí y me sentí usada, burlada. No iba a hablar con Pablo, es más, iba a hacerlo desaparecer de mi vida. Tomé mi celular, lo puse bajo la rueda de mi auto y le pasé por encima. En ese momento no había chips que reutilizar y una vez que quedó destrozado me fuí.
Mi vida iba a cambiar y mi pasado junto con Pablo iba a ser pisado como el celular.

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Todavía no lo llamé. Creo que lo voy a hacer mañana, dependiendo de esa conversación veré si quiero juntarme a charlar con él o no.

martes, 16 de marzo de 2010

El encuentro inesperado

No estuvo bueno lo que pasó.

Fuí al lugar equivocado en el momento equivocado o dependiendo desde el lugar que se lo mire tal vez era mi destino estar ahí.


No tenía ganas de producirme el sábado. Tenía pensado alquilar alguna de esas series que están de moda y ver dos o tres capítulos con una pizza y cerveza en mi casa. Los fines de semana tranquilos están subestimados.


Malena, una amiga conocida de un curso que hice me llamó a la tardecita para preguntarme que iba a hacer esa noche. Inocentemente le dije que nada y al instante atacó con una invitación a una muestra de fotografía de un amigo/fato.


"Por favor! me tenés que acompañar! no da que vaya sola" me dijo insistentemente a lo que no pude negarme, todas en algún momento de la vida podemos estar en esa situación y necesitar de un alma caritativa que nos acompañe.


Me vestí, de lo que yo llamo "adolescente tardía".Como todavía tengo un dejo de color tostado en mi piel me puse unos shorts blancos, una musculosa, un pañuelo largo en el cuello y unas chatitas haciendo juego con una cartera in-cre-i-ble que me trajo mi mamá de Europa hace unas semanas.

Pasé a buscar a Male por su casa y nos fuimos a la muestra.

Como me imaginaba, un embole. Las fotos estaban buenas pero no eran para nada originales y los invitados tampoco. Grupitos de gente post 30´, tomando champán y comiendo unos bocaditos salados que no tengo la menor idea de que eran.


Después de hacerle el aguante un tiempo considerable y que su amifato no le diera mas bola que la necesaria la convencí para llamar a otra amiga e ir a cenar a algún lugar palermitano.


Teníamos ganas de comer al aire libre pero a mi no me gusta cenar en una mesa en la vereda por lo que optamos por un restaurant muy lindo con terracita.

Como había demora nos quedamos fuera del lugar charlando y fumando.


Creo que estaba mirando para abajo para apagar con el pie un cigarrillo cuando levanté la vista y lo vi.
Cruzaba la calle y nuestras miradas se cruzaron en un segundo eterno, las piernas se me aflojaron y mi corazón empezó a latir a mil.
Se acercó a mi, me saludó y me dijo el nombre de su acompañante, Lorena.

Sí, estaba con una chica.

Con una sonrisa falsa dije hola y le di un beso y no pude decir nada más. Lorena saludó también a Malena y a mi otra amiga mientras yo miraba a Pablo con una evidente cara de desconcierto.
Él parecía tranquilo, hasta podría decir que le brillaban los ojos.

Intercambiamos un par de frases de compromiso y siguieron camino a otro restaurant que se encuentra a mitad de cuadra del que estábamos nosotras.

La cabeza casi me explota de pensar y pensar. No entendía nada, ni quien era esa mina, ni mi reacción ni mi sensación de muerte por celos. No creí nunca encontrarme en esa situación y la verdad que me siento una boluda por eso porque es lógico que pase. Y su cara obviamente era de satisfacción, de venganza, de alegría por que lo vi con otra mujer. No tuve ya bastante de eso? tengo que volver a sentirme desplazada? me lo merezco?

Dandole vueltas y vueltas al asunto estaba cuando me llegó un mensaje de él que decía

"Ahora si querés hablar? Llamame cuando quieras"

La verdad, no sé que hacer.

lunes, 15 de marzo de 2010

Ouch!

Como lo escribo?
Como debo sentirme?
Estoy complicada, estoy confundida.

No conté nada hasta ahora porque en realidad no sé que pasó, fué todo muy rápido, no estaba ni remotamente cerca de pensar que iba a pasar todo lo que pasó.

No estoy feliz, no me siento dueña de mi misma y tengo la sensación de estar completamente perdida.

El sábado me encontré con Pablo.

Voy a escribir cuando pueda organizar mi cabeza.

jueves, 11 de marzo de 2010

Enfrentar los fantasmas

Mis ánimos y alegría fueron bajando con el correr de las horas.

Realmente, como había dicho Caro tenía esperanzas de volver con Pablo? Pensando logicamente eso era "casi" imposible, estaba casado y visiblemente feliz pero su forma de hablarme, sus palabras, su voz, decían mucho más, decían que yo era alguien importante en su vida y que no iba a dejar que desapareciera de su mundo.

Me senté a cenar con mi familia aunque mi mente estaba en otra parte. Gustavo, el amigo de mi, en ese entonces, cuñado, no paraba de hablarme y preguntarme cosas del viaje y de mi vida. Era obvio que lo habían traído especialmente para presentármelo y que la elucubradora había sido mi hermanita pero yo no estaba ni para enojarme ni para darle más de la bola que merecía. La verdad no era un chico desagradable, estudiaba ingeniería y trabajaba en la empresa del padre.

"Es un re buen partido" me decía al oído tratando de simular tocándome con su codito pero la verdad, lo último que quería hacer en ese momento, con el cansancio del viaje y mi ansiedad era pensar en "el buen partido" que me servía mi hermana en bandeja, ni hablar que me recordaba muchísimo a Sebastián, por su forma de hablar y su estilo de vida, supongo que por eso mi hermana habría pensado que era perfecto para mí.

-No me jodas Euge, hoy no- dije despacito con una sonrisa tratando de cortar ahí el tema y que nadie se enterase de nuestra pequeña discusión
-Ay bueno!, sorry! no te jodo! pero no me digas que no es un amor!
-Euge! basta! estoy cansada y no estoy interesada en este momento en conocer a nadie
-Ok ok, pero para que sepas según me dijo recién Mauri parece que le caíste super bien y que te va a invitar a salir
-Euge...!!!
-Está bieeeeeen! después lo hablamos, ah! me olvidaba! el otro día te llamaron de la Agencia XXXX , no era ahí donde trabajabas?
-Si....que querían?
-Dicen que te quedaron unas cosas por ir a buscar y firmar unos papeles.
-Y quien llamó?
-Una mina, no me dijo el nombre, supongo que era una secretaria o algo así

Todo volvía a la normalidad. Poco a poco todo lo que había querido dejar atrás se me presentaba como una barrera infranqueable. Debía si o si asumir todo lo que había pasado y afrontar las cosas.

Después de un sueño reparador, me desperté a la mañana siguiente y decidí, sin miramientos, ir a mi antiguo trabajo para cerrar de una vez por todas esa etapa de mi vida. Debía enfrentar esos fantasmas aunque en mi fuero interno rogaba no encontrarme con Agustín. No quería verlo nunca más en la vida.
Me vestí con una camisa , una campera de cuero marrón de cuero que me había comprado en el sur, un jean y unas botas. Me maquillé tranquila y me perfumé. Quería aparecer ante mis ex compañeros y eventualmente ante Agustín como una mujer tranquila, sin problemas y sobre todo sin necesidad de ellos.

Cuando llegué la recepcionista era nueva, se notaba por sus ganas de trabajar ,su parsimonia para hacer las cosas y aparte porque yo no la conocía. Le dije cual era el motivo que me llevaba ahí pero quiso asegurarse de hacer las cosas bien por lo que hizo lo que yo menos quería que hiciese.

Le informó a Agustín que yo estaba ahí.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Volver de la guerra

Nunca corre la misma agua bajo el puente.

La misma ruta, los mismos kilómetros, la misma música. Volver desde el sur a Buenos Aires esa mañana fue una experiencia totalmente diferente a lo que había vivido cuando me escapé de mi pasado.

Me levanté temprano, desayuné con mis amigos extranjeros que partían hacia una excursión y después de muchos besos , abrazos de despedida y promesas de reencuentro me subí a mi auto para regresar al mundo real.

El día estaba impecable, no había nubes en el horizonte y se olía en el ambiente el aroma a pino y verde del sur.
No tenía apuro, quería disfrutar al máximo esa sensación de bienestar que genera la esperanza.

Manejé sin prisa parando de vez en cuando en alguna estación de servicio para descansar, comer algo y leer el diario. Jugué con una nena hermosa que almorzaba con sus padres y me reí con el encargado que no dejaba de hacer chistes a cuanta persona entrara en el local.
Todo estaba bien, me sentía genial y hasta imaginaba todo lo que iba a hacer cuando llegara de vuelta mi hogar.

Como primera medida iba a olvidarme de los malos momentos y los iba a dejar atrás.
Pasado pisado.
Después iba a encarar el proyecto de irme a vivir sola. Por supuesto tenía que encontrar trabajo para mantenerme pero eso no me angustiaba, mientras podía seguir ayudando a mi padre en su estudio que estaban tapados de laburo y siempre necesitaban una mano más. Por último pero no menos importante iba a definir mi carrera, qué era lo que quería ser y hacer con mi vida.
No pensaba específicamente en Pablo, era cómo algo en lo que no quería proyectar pero aunque no lo admitiera era el motor de mi nuevo estado de ánimo. Saber que no me odiaba y que estaba en su mente me generaban una alegría inconmensurable y unas ganas terribles de hacer y vivir.

Llegué casi de noche a mi casa y aunque no les había dicho que volvía y por ende no me esperaban me recibieron como si hubiera vuelto de la guerra. Mi papá organizó un asado de bienvenida. Invitaron a mis abuelos, a unos amigos de mis padres y mi hermana con su novio y un amigo de él llamado Gustavo.

Mientras preparaban todo subí a mi habitación a hablar con Caro. Ella tampoco sabía que había vuelto y quería darle la sorpresa.

-Que hacés nena?
-Lu!!! donde estás?
-En mi casa, acabo de volver
-Que bueno! no sabés como te extrañaba, tengo que contarte un montón de cosas!
-Yo también! por qué no te venís que acá vamos a hacer un asado...
-Uhhh, no puedo!
-Como que no podés! acabo de volver y no podés venir? que mala amiga! que tenés que hacer mas importante?
-Es una de las cosas que te tengo que contar...voy a salir con un chico...
-En serio? quien!
-Jaja, te vas a reir...
-Dale decime!
-Bueno, después te cuento los detalles pero lo conocí en el colectivo...
-Eh? en serio? pero si es un asesino serial? que sabés quien es!
-Ay Lu! que exagerada!
-Ok ok, pero no podés venir un ratito y después vas con él...
-No Lu, no puedo, viene en unos minutos
-Bueh, me dejás triste, pero prometeme que mañana nos vemos y nos ponemos al día
-Obvio! y vos? contame algo, un resumen, como la pasaste?
-En resumen bien, porque terminó bien, sino no sé si hubiera estado muy bueno
-Bien? pero que pasó?
-Mañana te cuento bien pero...hablé con Pablo
-QUE!?? como que hablaste con Pablo!
-Si si, después te cuento pero hablé con él y pudimos conversar un poquito y está todo bien, seguramente nos vamos a ver para charlar mejor en estos días
-Eh? se van a juntar? estás loca? para qué! está casado Lucila! Game Over! se terminó, olvidate! para qué la seguís?
-Ay Caro, después te explico mejor, no te preocupes...
-Cómo no me voy a preocupar! estás demente! viste como se casó, hasta fuiste a la iglesia a verlo y todavía querés juntarte con él? Lu, haceme caso, no lo veas....aparte....bueno, no nada...
-Aparte qué? que pasa?
-Mirá, no te lo iba a contar pero los vi el otro día comiendo en un restaurant y se los veía muy enamorados...no te hagas ilusiones Lu
-Los viste? y...
-Y nada, no hablemos más ahora, mañana nos vemos y lo hablamos bien, pero por hoy quedate tranquila y no hagas nada, si?
-Ok...
-Que pasa?
-Es que me dejaste mal con eso de que los viste enamorados...
-Ves! tenías esperanza de que volviera con vos! Lu! ol-vi-da-te! no le des mas vueltas por favor!
Tengo que bajar, me tocaron timbre, nos vemos mañana si?
-Está bien...
-Dale! arriba ese ánimo! no te quiero ver mal
-Ok, voy a tratar, que la pases lindo
-Vos también.

lunes, 8 de marzo de 2010

Esperando la inspiración

Imposible inspirarme en ésta computadora.
Parece que a la gente de sistemas se le ocurrió hacer un formateo general y la ola me llegó a mí y a mi pequeña maquinola. Mientras, me cambiaron de sitio y, mi usual vista a la calle desde la ventana cambió por vista a la pared y chusmeo de todo el que pasa cerca mío.
Me cuesta contar mi historia con todo el mundo caminando y charlando a mi lado por lo que voy a hacer una pausa por lo menos hasta pasado mañana cuando vuelva a sentarme en mi silla descuajeringada.
Cuando escribo sobre mi pasado necesito viajar en el tiempo y volver a sentirme como en ese momento.

Está bueno.

Escribiendo ésto me acordé de una gran película que tengo que volver a ver, es vieja, con Christopher Reeve y se llama Pide al tiempo que vuelva. No quiero aburrir contando de que se trata pero el protagonista se auto hipnotiza para viajar al pasado y conocer a una mujer. Lo que se me vino a la memoria de ésto es una escena en donde él se concentra y concentra para poder volver al pasado y se agota en el esfuerzo, algo así me pasa cuando trato de recordar y poder plasmar en la pantalla con el mejor detalle del que soy capaz mi vida de hace cinco años.

Para aprovechar les cuento que es de mi vida. Con Diego está todo genial a pesar de que todos creían lo contrario. Hablamos un montón desde esa vez que nos juntamos a cenar y nos convencimos mutuamente de que podemos ser grandes amigos. Algunos estarán escépticos sobre ésto pero la verdad es que nos llevamos muy bien y nos queremos mucho, creo que nuestra nueva relación va a ser mucho mejor que la que teníamos y debemos aceptar que por lo menos por ahora, no vamos a poder ser más que eso, que no es poco!
La verdad es que estoy muy contenta de estar cerca suyo.
Creo que voy a aceptar ir al casamiento de la hermana, más que nada para no dejarlo sólo ya que , no sé si recuerdan, va a estar la ex y me gustaría acompañarlo.

De Pablo sólo tengo algunos comentarios que vuelan por ahí.
Que comenzó los trámites de divorcio, que la mujer no lo quiere ni ver, que alquiló algo muy cerca de donde vivía (por ende muy cerca mío) y que se lo ve bien. Nada más.

Espero poder seguir pronto, se viene la mejor parte...

jueves, 4 de marzo de 2010

Las palabras que no se dicen

Creo que el silencio puede ser mucho más dañino que un insulto o verdad dolorosa. El silencio resume todo lo que no se puede decir y la falsa esperanza de contener la palabra que esperamos.

El silencio es como una nube pesada e infranqueable que detiene el tiempo y lo envuelve. Prefiero mil veces el ruido arrollador de la verdad a la agonía de unos segundos de silencio.


-Pablo...me escuchás? soy Lucila- dije con la inocente idea de que mi interlocutor no escuchaba por la lejanía

Del otro lado se oía claramente el murmullo de gente y el choque de vajillas


-Pablo, podés hablar? leí tu mail, necesito conversar con vos


De repente la comunicación se cortó y yo me quedé petrificada con el tubo en la mano. Un frío me recorrió desde la nuca hasta los pies. Traté de unir las piezas y entender lo que había pasado.

Me había cortado? Había sido tan miserable como para cortarme sin decirme una palabra? Estaría con ella?

Apoyé lentamente el tubo en el teléfono como si fuera un objeto frágil. Como si en él hubiera quedado contenido algo muy importante para mí.

No lloré. En realidad porque todo había sido tan irreal que no creía que hubiera pasado.

Salí del locutorio al frío de la ciudad y volví a ponerme la bufanda que me había sacado por la calefacción. El auto estaba cerca pero decidí dar una vuelta para ver si podía desgranar las consecuencias de lo que acababa de hacer. Que significaba para mi?

Un mail mío diciendo adiós, una respuesta explicando lo que yo era para él, una idea, una llamada, y la nada. Que era lo que tenía valor de ese conjunto de sucesos? Debía insistir? debía tener una esperanza?

Cuando volví a la cabaña con mis amigos les conté a partes lo que había pasado ya que sabían de mi historia, pero ya es difícil expresar sentimientos en nuestra propia lengua imaginen lo que es hacerlo en otro idioma. De más está explicar que cada cultura siente diferente, piensa diferente y un Escocés o Inglés ama diferente a un latinoamericano, eso se lo discuto a cualquiera a capa y espada.
Necesitaba contárselo a alguien que me entendiera, a la que pudiera decirle "boluda! no sabés, me quiero matar" y no tener que traducirlo a un par de palabras sajonas que en ese momento no podían ni siquiera describir la mitad de lo que pasaba por mi mente.
Fuí hasta mi cartera a buscar mi celular para llamar a Caro y ni bien lo tuve en mi mano y comencé a marcar empezó a sonar. La pantalla titilaba con el nombre de Pablo. Simple y conciso.

-Lu! perdoname, no te quise cortar, pero en el momento no supe que más hacer!- me dijo rápido
Creo que en ese mismo momento comencé a temblar. Era su voz diciendo mi nombre, hablándome sin rencores, sin odio

-Pablo, es que...no, disculpame vos a mi, no debería haber llamado, tendría que haber imaginado que no ibas a poder hablar...
-Es que estoy cenando con una pareja y...
-Mechi...
-Si
-Soy una boluda, dejá, por favor perdoname, soy una desubicada, es que leí tu mail y no sé, necesitaba llamarte, saber que no me odiás
-No, Lu, no te odio...me calenté y...bueno, lo que ya sabés pero no sé si da que hablemos de ésto, es algo que quedó atrás y me parece que no vale la pena que revolvamos viejas heridas
-No son tan viejas para mí
-No nos hace bien seguir con ésto, ya está y yo ya no puedo seguir con ésto, me casé y no puedo volver atrás
-Ok, entiendo
-Y Lu...la realidad es que me ponés en un compromiso si me llamás pero...la verdad en algún momento me gustaría terminar de conversar con vos, te puedo llamar y nos vemos?
-Ehhh, si...en realidad no entiendo muy bien para qué...tenés un discurso un poco contradictorio...
-Si si, tenés razón, olvidate, estoy diciendo pavadas yo...
-Esperá...a mi también me gustaría terminar de conversar, voy a esperar tu llamado
-Está bien, voy a tratar...te parece la semana que viene?
-Mmsi, me parece
-Listo, te mando un beso
-Un beso...y Pablo...
-Si!
-Nada, dejá, nos vemos

A la mañana siguiente estaba volviendo a Buenos Aires.

(Se los iba a cortar en dos post, pero me apiadé de ustedes...no soy buena?)