Vuelta de página

Pablo no me volvió a llamar después de ese día, no debe haber podido y a parte debe haber entendido el mensaje.

Confieso gatafloramente que pensé que no se iba a aburrir tan rápido de buscarme, pero no lo culpo, capaz había tomado la misma decisión que yo, no darle mas vueltas a una historia que comenzaba por el fin.

Sebastián se fue a México y yo me quedé sola en Buenos Aires. Iba a trabajar y seguía mis días mecánicamente. Trataba de concurrir a mis clases a la facultad pero cada vez se me hacía mas difícil.

También tenía que tomar una decisión con respecto a mi futuro profesional. Eran tiempos de cambios y aunque me entristecía la muerte de mi vida anterior estaba llena de expectativas por todo lo nuevo que podía venir.

Esa semana, en la empresa surgió la posibilidad de viajar para hacer una publicidad en Las Leñas, yo recién empezaba y no creía que me llevaran, a parte yo hacía trabajos de oficina que no eran necesarios para firmar una publicidad, de eso se ocupaban en otro sector.

Una tarde viene Samanta y se apoya con una taza de café humeante en mi escritorio. Como les había contado en algún post, Samanta era una arpía y formaban con Romina el duo perfecto, tipo Patty y Selma o las hermanastras de cenicienta.

Samanta era una morocha flaca de pelo largo alisado con horas de planchita, siempre super producida para cualquier ocasión y Romina era rubia con mechitas y rulos, un poco mas rellenita pero super dotada en su delantera.
Creo que puedo confirmar que todos los hombres de la empresa habían pasado por la cama de éstas dos muchachas y ellas no lo negaban, les encantaba creerse las sex symbol de la oficina.

Nunca había tenido ni un si ni un no con ellas, pero tampoco éramos intimas, charlabamos en las horas del almuerzo donde ellas siempre querían ser el centro de atención y vivían contando sus proezas sexuales.

-Que hacés Lu?- me dice Samanta mientras tomaba un sorbo de café y ponía su mano libre en bajo su codo.
-Trabajando Sam, tengo que llevarle esto a Agus- le contesté mirando mi monitor
-Che, sabías que nos vamos a Las leñas?, va a estar buenísimo! Va a ser un descontrol!-
-Si sabía…pero pensé que iban a trabajar…-
-Ja! Que chistosa…obvio, vamos a trabajar, pero en algún momento descansamos también…va Rodrigo…lo conocés?, no veo la hora de agarrarlo contra una pared y…bueh, ja! Ya sabés!-
-Si, me imagino-
-Ese pibe debe ser una maquina…me di cuenta el otro día cuando fuimos al after office y lo vi bailando…te re das cuenta como coge un pibe por como baila…-
-Si?, mirá…no sabía-
-Siiii boluda, es re obvio, y yo lo pude comprobar miles de veces!-
-Mirá vos…-
-Vos no querés venir?-
-Nadie me dijo de ir…-
-Si querés venir puedo hablar con Marcelo que te incluya, estas producciones son re cansadoras y se necesita un montón de gente siempre…-
-Que se yo…si, me gustaría, debe ser interesante-
-Bueniiiisimo, así somos mas!, ya hablo con Marcelo, ya vuelvo…-

Samanta se fue y yo empecé a pensar que estaría bueno pasar unos días allá, para resetearme y conocer a mis compañeros de trabajo y olvidarme de todos los quilombos de Buenos Aires.
Al rato vuelve Samanta con una media sonrisa.

-Listo nena, hacé la valija, estás adentro-