Hasta aquí llegué

No soy de calentarme fácil.
No me suele nublar la bronca.
No actúo sin pensar.
Pero ésta mina había encontrado mi límite.

Samanta, evidentemente, no estaba del todo bien de la cabeza. Yo soy partidaria de la perseverancia, de la lucha para llegar a algo pero no hachando cabezas para conseguirlo.

Me detuve un segundo a pensar en los pro y en los contras.
Yo no tenía mucho que perder y ella sí. Yo no trabajaba ahí, por suerte, por necesidad económica sino para abrirme nuevos rumbos y encontrar mi vocación. Me gustaría mantener una buena imagen ante mis compañeros y mis jefes pero si no los volvía a ver en mi vida no era algo que me quitara el sueño. Rodrigo no me interesaba en absoluto, así que por ese lado, tampoco podía apretarme.
Entonces, a que le tenía miedo?

-Vos me estás jodiendo no? Es una broma?-
-No, no te estoy jodiendo…, si no te vas Rodrigo nunca se va a fijar en mí- me dijo desviando la vista
-No te puedo creer…pero escuchame, vos te pensás que yo voy a dejar mi trabajo para que vos puedas curtirte a un flaco?...ésto es laburo querida, no una serie para adolescentes , así que olvidate…-

Con cara de tengo la sartén por el mango me dijo:

-Vos sabés que Marcelo es el coordinador y está loco por mí, yo puedo hacer que te echen Lucilita…así como logré que estuvieras acá puedo hacer que no estés más-
-Sabés que? Me das lástima…sos una pobre piba…yo sé que no fuiste vos la que me hizo venir acá, así que andá bajando el tonito…vos no decidís nada y si me seguís molestando la que va a ir a hablar voy a ser yo y no con un nadie, voy a hablar con Agustín y le voy a decir que me estás amenazando.-

Se quedó callada unos minutos pero de sus ojos salía fuego, hasta pensé que iba a explotar.

-Vos no sabés con quien te estás metiendo…-dijo entre dientes
-Jajaja! Me hacés reir!, donde te pensás que estás? En Sicilia?- dije mientras me levantaba. – te dejo que me tengo que ir a trabajar y por favor no me rompas mas las pelotas…si querés a Rodrigo te lo dejo servido en bandeja porque la verdad, yo nunca me fijaría en semejante tarado- y me fui feliz de haberle puesto los puntos a Samanta, por lo menos por un tiempito no iba a molestar.

La semana pasó bastante tranquila a pesar de tener mucho trabajo, estábamos todo el tiempo yendo de acá para allá tratando de que saliera todo bien, hasta tuve que hacer de extra ya que la filmación necesitaba mucha gente en una toma tipo fiesta en la nieve por lo que la mayoría de la producción terminó saliendo en la publicidad. La verdad fue muy divertido y como no era para la argentina no me dio vergüenza aparecer, igualmente después esa toma fueron dos segundos pero para hacerla tardamos horas.

Con Samanta solo hablábamos lo justo y necesario y si podía no hablar mucho mejor. Ella a veces se hacía la que no me escuchaba o seguía hablando cuando yo le hablaba pero no me molestaba, ya que eso es lo que ella pretendía.

El martes a la mañana nos volvíamos, faltaban dos días y ya estábamos ultimando los detalles para la partida.

El domingo estaba leyendo un libro a la noche en mi habitación, tratando de descansar algo después de trabajar a full todo el día y me suena el celular. No aparecía el número en la pantallita por lo que no dudé en atender, podía ser por trabajo o mi familia.

-Hola?-
-Hola amor…-
-Sebastián?-